El café siempre ha tenido mucha fama en Puerto Rico y ha pasado a ser parte de la tradición puertorriqueña, aunque originalmente no es de aquí. De hecho, en un momento dado el café vino a ser el producto que movía la economía en Puerto Rico.

Para aprender más sobre la historia y procesos para cultivar el café, entrevisté al agrónomo Bernardo Morales. Él se inició en la agricultura porque era el negocio de la familia y lleva cincuenta años cultivando café. De acuerdo con mi entrevistado, el café originalmente es de Etiopia al centro de África y llegó a Puerto Rico en el 1736 a Coamo.

Desde el inicio el café era cultivado a la sombra. Del 1950 al 1960 se creó un comité de desarrollo agrícola que se dio la tarea de estudiar y analizar los modelos de agricultura de Centro y Sur América. Algunos miembros de este comité lo fueron: Abdon Pérez, Santiago Vivaldi, Fernando Abruña, Lilo Becerra, entre otros. Estos análisis fueron la base para crear un modelo e implantarlo en Puerto Rico. El resultado fue que en el 1960 comenzó un programa del gobierno llamado Rehabilitación Cafetalera bajo la dirección de Abdon Pérez. Este programa fue el que promovió por primera vez la siembra de café al raso (al sol). Esto empezó en Mameyes de Utuado y Jayuya, en las fincas de las familias Márquez y Bibiloni, los dos españoles. Junto con la siembra al sol también comenzó el uso de yerbicidas específicamente SOAC.

Con este cambio de la sombra al sol también cambiaron el tipo de café, es decir no usarían el café del país sino el café Borbón. Esto se debe a que ésta fue la variedad de café que más se adaptó al sol, aunque se cae muy rápido. El agrónomo Bernardo fue maestro en este programa. El aceptó positivamente el cambio de sombra al sol por la razón de que producía más café, era menos costoso y no le afectaban tantas plagas. Sin embargo al momento de recoger el café era peor al raso que a la sombra, por la lluvia y el sol. El café al sol se podía sembrar más cantidad por terreno que el de sombra, ya que el de sombra necesita espacio para otros árboles más grandes que eran los que le proveían sombra.

El gobierno tenía un incentivo para que los caficultores fueran cambiando de sombra al sol. Este incentivo establecía que por cada quintal de café te daban dos quintales de abono. Para ese tiempo había personas en el gobierno que estaban a favor de la agricultura y apoyaron los programas para el cultivo de café. El agrónomo Bernardo señaló que algunos de los pilares de la Agricultura en el gobierno de Puerto Rico para ese tiempo lo eran: Lorenzo García Hernández y Juan Robles, entre otros.

Desde el punto de vista del agrónomo Bernardo, el cambio de sembrar el café al sol fue muy productivo y positivo. También hay que considerar que para el que vive solo de la siembra y venta de café, siempre le será buena noticia saber que puede producir más y a su vez ganar más aun teniendo el mismo tamaño de terreno. Lo que si habría que poner en balanza es ¿cuánta calidad se perdió con el cambio?